sábado, 16 de febrero de 2013

El asombroso universo de Emily Dickinson en un solo libro






No hay duda de que existe entre nosotros un ejército de amantes de la poesía de Emily Dickinson, y a las pruebas editoriales me remito. No hace nada hablaba yo en estas mismas páginas (versión digital) de la excelente antología de la poeta norteamericana preparada por Ana Mañera Méndez y María-Milagros Rivera Garretas, y publicada por Sabina Editorial, a la que los lectores del periódico digital consideraron el mejor libro de poemas en lengua extranjera del año pasado. Ahora, con fecha de 2012 -¡qué pena-¡, nos llega este asombroso volumen que contiene los 1789 poemas que Emily Dickinson dejó al morir, inéditos prácticamente todos y recopilados por su hermana Lavinia hasta conseguir -esforzadamente- un editor para los mismos. Desde entonces, el astro Dickinson no ha dejado de crecer y ya nadie discute que es, con Whitman, la cumbre de la poesía norteamericana del siglo XIX y una de las más grandes cumbres, sin más, de la literatura universal (por recordar la célebre fórmula de Goethe).