Un escritor siempre nuevo
Por: Isaías Peña Gutiérrez
En diciembre, J. M. Coetzee cumplirá diez años de haber recibido el Premio Nobel de Literatura, aunque pareciera no haberse dado cuenta, pues después del 2003 ha seguido escribiendo como si no lo tuviera. Y la verdad es que podrían dárselo de nuevo. Tal es su genio, pasión y disciplina para narrar historias y fundar pensamientos, demostrado en todo cuanto ha publicado a partir de 2004. De ahí, el consenso general entre escritores y lectores, en el mundo entero, para considerarlo el gran Nobel de la Literatura de los últimos cincuenta años.
Narrador, ensayista y profesor universitario, J. M. Coetze ha removido dilemas y paradojas, ha cuestionado límites y fronteras, y en cada una de sus novelas siempre ha ensayado un nuevo Coetzee. Se nutre de su vida, de la historia ajena y de los principales libros de la humanidad, sin avasallar y sin pedir permiso. Por eso es inclasificable y ecuménico.
Ese es el Nobel que llega a Colombia el 7 de abril, invitado por la Universidad Central de Bogotá y sus programas de Creación Literaria. Al día siguiente, leerá un texto narrativo inédito, y el miércoles 10, una conferencia contra la censura, mientras 26 ponentes (profesores, periodistas y escritores) hablarán, el 8 y 9 de abril, de sus 14 novelas, 4 libros de ensayos y sus cartas con Paul Auster. Austero en dar entrevistas, J. M. Coetzee concedió para El Tiempo estas respuestas por correo electrónico.
Cuando terminó en Ciudad del Cabo sus estudios universitarios de Lengua y literatura inglesa y Matemáticas, ¿tenía claro que prevalecería la literatura? ¿O fue después de terminar su maestría en Humanidades con la tesis sobre Ford Madox Ford?